Ironman 70.3 Bariloche, Argentina
Ironman 70.3 Bariloche, Argentina.
En esta ocasión no tenía idea en que carrera me estaba metiendo, cuando ya estaba inscrita; sólo bastó que Chris Harrison (mi coach) convocara y convenciera a Giuliana Fatule (mi querida amiga, con quién entrené para el Campeonato Mundial de IM 70.3 en Niza) y me registre.
En el momento que me inscribí, apenas había terminado el maratón de Chicago, para luego correr el IM 10.6 Cozumel; y pensaba, aún falta muchísimo para el 1º de Marzo. En realidad, ni siquiera tenía idea de cómo se iba a sentir mi cuerpo terminando un Ironman completo.
Todo el mes de diciembre estuve lesionada, no podía correr, sólo seguía con el ciclismo y natación. Empecé a hacer terapia frecuentemente y mucho, mucho yoga.
Las semanas se hicieron cortas, y ya era tiempo de comenzar a preparar el siguiente viaje.
Viaje a Argentina
Luego de un par de bajas en el equipo, terminamos viajando, Giuliana, Walter Takano y Chris (coach).
Ale Bentin y Joe Harrison nos hicieron falta en la experiencia.
El 27 de febrero, ya en el aeropuerto, todo listo para nuestro vuelo Lima - Buenos Aires / conexión San Carlos de Bariloche.
En el aeropuerto de Buenos Aires, después de un tiempo sin vernos, me encontré con Ana, mi amiga de la vida. Ana Sofia González, fue un apoyo muy importante en toda esta experiencia.
San Carlos de Bariloche
Que espectáculo llegar a la Patagonia; lagos transparentes, árboles y montañas increíbles. Llegamos a unas cabañas cercanas al lugar de partida, luego, esperamos a que el equipo de G-Max recogiera nuestras bicis para regresárnoslas armadas.
A la mañana siguiente, hicimos una vuelta para revisar que las bicis estuvieran bien y, de paso hacer un reconocimiento de la que sería la ruta. En el camino nos dimos cuenta que faltaban ajustar algunos tornillos y que mi bici no hacia los cambios, ya que una pieza pequeña se rompió, debido al traslado en el avión.
Recogimos nuestros kits en la expo, allí tuvimos oportunidad de ver dónde estaría “la meta” el día de la carrera.
Al regreso del centro cívico (donde estaba la expo) hasta nuestro hotel, fuimos testigos de un accidente, un carro había atropellado a un perro. El perrito quedó mal herido a la mitad de la vía, por suerte, Chris no vaciló en sacarlo de la carretera.
Una vez a salvo, una joven pareja local de gran corazón, tomaron al perrito, lo subieron a su carro y lo llevaron directamente a la veterinaria.
Al presenciar la suerte del perrito en ese momento, toda la situación, me dejó una enseñanza: La fragilidad de un minuto de descuido y la bendición de estar rodeada de gente hermosa.
El día antes de la carrera
Hicimos un reconocimiento completo de la parte de ciclismo en carro e hicimos la natación de prueba en uno de lagos.
Alistamos nuestras cosas y llevamos todo a las zonas de transición. Una vez todo quedó listo, comimos una rica pasta italiana, y a descansar.
Race DAY!
Amo decir eso: RACE DAY!
Clásico comienzo de madrugada para desayunar, alistarnos y llegar a la zona de partida con suficiente tiempo para no estar apurados.
¡ARRANCAMOS!
Entramos al lago pasando por las boyas en rectángulo, salimos para volver a entrar entre una vuelta y otra. Durante la natación, recuerdo haber tomado agua y sentir lo deliciosa que era, acostumbrada a nadar en el mar, donde probar el agua es horrible, fue algo que me sorprendió gratamente. Mientras hacíamos el recorrido, podíamos vernos muy claro por lo cristalino del lago.
Una vez nadados los 1.9kms, pasamos por la primera zona de transición, a sacar nuestras bicicletas y comenzar a pedalear.
En cuanto pasamos la línea de montaje, comenzó el ascenso. Subimos – bajamos – subimos – bajamos y así los 90kms. Pedaleando a través de los bosques y sus cuestas, pudimos apreciar unos paisajes de ensueño. Me sentí muy bendecida por poder estar ahí, presenciado la grandeza de la naturaleza, con la pista cerrada sólo para nosotros haciendo lo que nos gusta.
Al llegar a la segunda zona de transición, dejamos nuestras bicicletas, nos pusimos las zapatillas y a correr.
La carrera fue calurosa para ser la Patagonia, pero nada de muerte, como en carreras de playa que tienen humedad. Corrimos también en cuestas, lo cual sumó un tanto más de carga al recorrido. Durante toda la carrera me sentí muy animada porque tuvimos una barra/porra de lujo con Ana Sofia y Mili; además de Chris, Walter y Giuliana alentándonos entre nosotros.
Llegar a la meta fue un momento muy emocionante para mí, llegué lagrimeando, por la felicidad combinada con el esfuerzo que estaba haciendo para cerrar fuerte. Pasé a una chica en los últimos 100 metros y sentía que me volvía a pasar, entonces, corrí tan rápido como pude.
Ya del otro lado de la meta, esperamos la premiación y después celebramos la gran noticia, los cuatro que participamos, conseguimos clasificar al Mundial del Ironman 70.3 2020 en Taupo, Nueva Zelanda.
Así que esta historia continuará...
Lecciones Aprendidas
La naturaleza es sabia y su belleza es inmensa. Cuando encuentras gente buena e inspiradora, agradece. Siempre puedes un poco más de lo que crees. Los límites los crea o los destruye uno mismo. Cada vez que tienes la oportunidad de ayudar, hazlo, el impacto puede ser gigante, aunque para uno sea solo un momento en el tiempo.