Maraton de la Muralla China

Correr el maratón de la muralla China ha sido hasta ahora el reto deportivo más grande que he hecho.

Durante el recorrido pudimos apreciar unas vistas espectaculares, que para mi gusto las fotos no les hacen justicia.  Le recomiendo el reto a cualquier loc@ con experiencia en deportes extremos y con ganas de experimentar algo extraordinario.

Viaje a la Muralla

Participamos como equipo varios de la compañia en la que trabajo, entonces viajamos desde Ámsterdam, Lisboa, Sao Paulo, Tel Aviv y Ciudad de México hasta Pekín para correr. El día de la carrera ya uniformados, viajamos dos horas para llegar a la meta de salida apenas unos minutos antes de comenzar.

A correr

Una vez dieron el disparo, corrimos hasta el portal donde comenzamos a subir escaleras que te llevan a la muralla.

En principio quería correr las escaleras, para darme cuenta unos momentos después que no es posible.  No puedes rebasar al de adelante y los escalones se van haciendo más altos.  La única manera de subir bien es uno por uno, respirando mientras con los estragos de la altura.

La Muralla

Una vez en la muralla, fue una mezcla de sentimientos.  Es una sensación de agradecimiento a la vida y Dios de estar presenciando algo tan impactante y majestuoso; y al mismo tiempo de estar presente al reto de recorrer la muralla con cautela y procurado ser veloces.

Escalón tras escalón, senderos angostos, y partes de piedra suelta, recorrimos la muralla en completo asombro del panorama.

Las Montañas

Después de 8 kms bajamos la muralla y nos guiaron hacia un camino de tierra en las montañas entre árboles y arbustos para continuar con la carrera.  El camino era tan angosto que no se podía pasar al de adelante y cómo íbamos de bajada teníamos que mantener todo un paso constante para no causar accidentes.

La Caída

Justo se hacía más ancho el camino, levante la vista, pise mal una piedra y salí volando algunos metros, cayendo manos, pecho y luego rodillas al piso.  Algunos de los corredores detrás, me ayudaron a levantarme y continuamos ya que no había ni donde limpiar las heridas.  Desde el km 10, seguí con las palmas sangradas hasta el final de la carrera que conseguí como limpiarme.

La Muralla Parte 2

Después de un tramo en la montaña, volvimos a escalar hasta llegar a un tramo en el que corrimos a un costado de la muralla, para subir nuevamente a correr el mismo tramo de regreso sobre la muralla.

El reto del regreso sobre la muralla, fue que no solo venían corredores, si no que también había muchos turistas frustrando el flujo, sobre todo en los accesos a las torres.

Bajando la Muralla

Ya cansados y apenas en el kilómetro 17, bajamos la muralla, pasando por los miles de escalones para después agarrar camino por un costado de la carretera atravesando un pueblito donde los niños nos echaban porras.

Seguimos el recorrido que nos llevó a escalar las montañas nuevamente.  Subimos entre los arbustos y árboles, por caminos angostos, donde la única manera de saber que íbamos por el camino correcto era gracias a unos listones rojos atados a algunas ramas en el recorrido.

Con una vista increíble de la muralla, las montañas y un rio comenzó el descenso nuevamente.

A la Meta

Completamente feliz de saber que ya estaba cada vez más cerca de la meta, salimos de la montaña en dirección a la calle.  En el camino nos íbamos echando porras entre los corredores, animándonos empatizando sobre el esfuerzo que habíamos pasado independientemente de que no habláramos el mismo idioma.

Ya en el último ascenso, comencé a escuchar gritos y hasta que pude ver la meta a lo lejos.

¡Ver a mis colegas y amigos me dio ese último aire que necesitaba para cruzar!

¡Great Wall Marathon Finisher! La medalla en mi cuello y un número 8, ¡había quedado en octavo lugar de mujeres! como pueden ver en mis fotos mi sonrisa no puede esconder mi felicidad.

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Agradecimientos

Un agradecimiento especial a nuestro CEO, el Sr. Hetzberger, por hacer este evento posible. Gracias a mi querida amiga y colega, Queenie Tong por encargase de todos y cada uno de los detalles desde registrarnos, el uniforme, hasta el abrazo al cruzar la meta.

Gracias a mis colegas y nuestros clientes que participaron en la carrera, haciendo este reto una experiencia tan divertida e inolvidable.


 

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