Iztaccíhuatl (ESP)

Preparativos

Nuestra Aventura comenzó meses atrás, desde detalles como comprar los boletos de avión para aquellos que venían desde Chihuahua, hasta el equipo y acondicionamiento físico en preparación para el gran día.

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Parque Nacional Los Volcanes

Partimos directamente del aeropuerto para comenzar nuestro camino a la montaña.  Una vez que llegamos al campamento ya a 3,000 mts de altura, comenzamos con los preparativos para el acenso al día siguiente a las 2:00am.

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Puesta de sol

Desde el campamento, pudimos apreciar un hermoso y colorido atardecer, dejándonos con un sentimiento de asombro e inspiración para cargarnos de energía antes del reto.

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Mal de Alturas

Intentando dormir unas cuantas horas, algunas de las personas de nuestro grupo comenzaron a padecer los síntomas del mal de alturas, obligándolos a quedarse en el campamento.

Algunos otros fueron víctimas de lo mismo un poco más adelante en nuestro camino teniendo que regresar.  Nos explicaron que es algo muy común en la montaña y nunca se sabe cómo va a reaccionar el cuerpo.

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El Ascenso.

Después de hacer un conteo, y una oración en grupo, comenzamos el ascenso.  Durante el camino, la luna llena brillaba tanto que iluminaba nuestro camino. Una vez subiendo se fueron formando grupos pequeños de acuerdo a la velocidad, pero siempre esperándonos para después continuar el camino al cabo de un breve descanso.

Paso a paso, podíamos sentir que nuestra respiración se agitaba y los latidos del corazón se aceleraban.  Era la altura que se estaba manifestando.  Cada paso vale el esfuerzo, las vistas no tienen precio.

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Sale el Sol

Una vez llegando al cuarto punto “El Refugio”, vimos el hermoso amanecer.  El sol salía, acompañado de nubes y de fondo el Popocatépetl.

El Glaciar

Después de horas de ascenso, llegamos al glaciar.  Para poder cruzarlo, nos pusimos los crampones (que son unos picos para las botas), con ellos cruzamos como si tuviéramos doble tracción. Una vez del otro lado del glaciar, seguía el ultimo jalón.

La Cima

Pasamos por la arista del sol, un camino estrecho y alto por el cual subimos piedras grandes usando la fuerza de nuestros brazos, abdomen y piernas.  ¡Ocho horas después, llegamos a la cima! 5,200 mts de altura!

En una éxtasis de felicidad de haberlo logrado, nos felicitamos y abrazamos, tomamos fotos, descansamos unos momentos, hasta que llegó el momento de comenzar el descenso.  El cielo se comenzó a cerrar y la neblina obstruía nuestra vista.  Teníamos que regresar lo antes posible.

Como equipo, nuestra misión (la cual nombraron “los sabrosos”), era subir y bajar juntos.  Así que fase dos: regresar, comenzó.

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El Descenso

En la primera bajada pronunciada, ya cansados, parecía que íbamos esquiando sobre la tierra y piedras de lo resbaloso que estaba.  Con dificultad y cautela bajábamos, con el reto adicional de que piedras sueltas de todos tamaños comenzaban a rodar impactándose contra nosotros tirándonos en ocasiones cuando no lográbamos esquivarlas.

En algún punto de nuestro regreso, comenzó a caer nieve.  En ese momento captamos que el cielo nos estaba avisando que teníamos que apúranos.

Hicimos nuestro máximo esfuerzo por bajar lo antes posible.  Una vez llegando al primer portillo, ya sentíamos la felicidad y corrimos hasta donde nos esperaban con las camionetas. ¡Misión cumplida!

Reflexión

No es solo se trata de lograr llegar a la cima, sino también de llegar con bien al campamento nuevamente.

Aprendí que eres tú en contra de la montaña, y al mismo tiempo, se desarrolla una dinámica de hermandad con el grupo.  Entre todos los del grupo nos cuidamos y nos mantuvimos motivados para tener la fuerza de lograr el objetivo en común.

Agradecimientos

Un agradecimiento especial a Victoria Elizondo por haberme invitado y por ser una motivación para todos nosotros.  Gracias a todos los que vinieron desde Chihuahua y me adoptaron como parte del grupo: Felipe, Alejandro, Mario, Maritza, Selene, Winder, Reyna, Raul, Are, Dario, y a nuestros guiad de higher ground.

















stef Ibuado